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Cuarta Parte. La Oración: La Fe Orada
es la acción de la Iglesia, nos une a Cristo, intercediendo ante el Padre
—en el Espíritu Santo— para nuestra salvación.
Deberíamos considerar la reflexión sobre los cimientos de la oración
y el significado del Padrenuestro de la Cuarta Parte como relacionados
esencialmente a la oración litúrgica y como uno de sus complementos
básicos. Como la enseñanza catequética nunca puede estar desconectada
de la oración, la cual es el alma de la verdad, cada capítulo de este libro
incluye secciones meditativas y una oración litúrgica o bíblica.
Este capítulo sobre la oración tiene cuatro secciones: Las Sagradas
Escrituras, las fuentes de la oración y maneras de rezar, guías para la
oración y expresiones de la oración.
LAS SAGRADAS ESCRITURAS
Las Sagradas Escrituras revelan la relación entre Dios y su pueblo
como un diálogo de oración. Dios nos busca constantemente. Nuestros
inquietos corazones lo buscan, aunque el pecado a menudo enmascara
o frustra este deseo. Es Dios quien siempre inicia el proceso. El punto en
el cual su llamada y nuestra respuesta se intersectan es la oración. Este
acontecimiento está siempre lleno de gracia y es un don.
Personajes del Antiguo Testamento en Oración
El Papel de la Fe en la Oración
Abrahán, Isaac y Jacob fueron testigos del papel de la fe en la oración.
La llamada de Dios vino primero. Estos patriarcas respondieron con
fe, pero no sin dificultades. Su confianza en la fidelidad de Dios a sus
promesas fue algo esencial en sus oraciones. Siglos más tarde, Dios llamó
a Moisés para que fuese su instrumento en la salvación de Israel de la
esclavitud. Moisés dramatiza el valor de la oración intercesora, ya que
rogó vigorosamente a Dios su misericordia y orientación para el pueblo
que realizaba su peregrinaje hacia la Tierra Prometida.
Una vez que el pueblo se había asentado en la Tierra Prometida,
hubo muchos testigos convincentes de la importancia de la fe en la