nominado ante el obispo diocesano para la ordenación al diaconado. La siguiente descripción
destaca los componentes específicos que se deben enfatizar.
Formación humana
215. El objetivo de la formación humana del itinerario del candidato
es continuar edificando sobre las cualidades humanas ya discernidas
durante el aspirantado (ver párrafos 189 y 190 anteriores), desarrollándolas y agregando las
habilidades necesarias para un ministerio diaconal eficaz y responsable. Es necesario
enfatizar las cualidades y habilidades cooperativas y relacionales del candidato,
especialmente sus virtudes y limitaciones en estas áreas. Durante el itinerario del candidato,
él también necesita reconocer sus dones y desarrollar el hábito de una auténtica autocrítica a
la luz del Evangelio. Él debe aprender cómo balancear sus responsabilidades personales,
familiares, de trabajo y ministeriales
Desarrollo de las
cualidades humanas
Formación espiritual
216. Uno de los primeros objetivos de la dimensión espiritual del itinerario de formación
del candidato es “ayudarlo a lograr una integración espiritual” de su vida, de su familia, de su
trabajo, y de su servicio apostólico.
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El candidato por lo tanto, debe ser iniciado
minuciosamente, en la teología y espiritualidad del trabajo como vocación y apostolado, y
como profesión. La meta espiritual es que el candidato crezca en santidad al “equiparse y
motivarse” para establecer la base sobre la cual pueda “continuar [su] crecimiento espiritual
después de la ordenación.” Durante su formación el candidato debe “buscar la ayuda de un
[sacerdote director espiritual], para cultivar patrones regulares de oración y participación en
los sacramentos, y para reflexionar sobre [su] ministerio.”
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. También fuese útil que grupos
pequeños de candidatos participen en una reflexión teológica “sobre los desafíos y
oportunidades de sus ministerios” en relación con el Evangelio y las enseñanzas del
magisterio.
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Además, es conveniente que aquellos que son responsables de la formación se
aseguren de que el candidato entienda, esté dispuesto y capacitado para aceptar la disciplina
de Iglesia relacionada con el celibato, no sólo entre los que no son casados sino también entre
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