los diáconos “con el ejemplo y la palabra… deben esmerarse para que todos los fieles,
siguiendo el modelo de Cristo, se pongan en constante servicio a los hermanos y
hermanas.”
31
VI. El ministerio de la liturgia en la Iglesia: El diácono como santificador
33. Para el diácono, como para todos los miembros de la Iglesia, la
liturgia es “la cumbre a la cual tiende la actividad de la Iglesia y al
mismo tiempo la fuente de donde mana toda su fuerza.”
32
. Es más, para la Iglesia reunida
para el culto, el ministerio del diácono es una señal visible, llena de gracia de la conexión
integral entre compartir la mesa eucarística del Señor y satisfacer tantas hambres tan
agudamente sentidas por los hijos de Dios. En el ministerio litúrgico del diácono, la Iglesia
ve reflejado como en un espejo, su propio carácter diaconal y recuerda su misión de servir
como Jesús sirvió.
Ministerio litúrgico
34.
En el contexto del culto público de la Iglesia, por ser central en
la vida de la comunidad creyente, el ministerio del diácono en su triple
diakonía de la palabra, la liturgia y la caridad está singularmente concentrado e integrado. “El
diaconado es conferido por una efusión especial del Espíritu (
ordenación
), que realiza en
quien la recibe una específica conformación con Cristo, Señor y siervo de todos.”
33
“Confortados con la gracia sacramental en comunión con el Obispo y su presbiterio, sirven al
Pueblo de Dios en el ministerio de la liturgia, de la palabra y de la caridad”
34
.
Una diakonía integral
35. Durante la celebración de la liturgia eucarística, el diácono
participa en ritos penitenciales especiales según lo designa el
Misal
Romano
. Puede proclamar el Evangelio adecuadamente, puede predicar la homilía de
acuerdo con las disposiciones de las leyes canónicas y puede proclamar las necesidades del
pueblo en las Intercesiones Generales, necesidades con las que debe estar familiarizado
particular y personalmente por las circunstancias de su ministerio de caridad. El diácono
ayuda al ministro que preside y a los otros ministros a aceptar las ofrendas del pueblo
—
lo
que simboliza su papel tradicional de recibir y distribuir los recursos de la comunidad entre
los necesitados
—
y ayuda a preparar las ofrendas para el sacrificio. Durante la celebración
Funciones litúrgicas
32