ayuda a los fieles a participar más completa, consciente y activamente en el sacrificio
eucarístico,
35
puede extender la invitación a compartir la paz, y servir como ministro
ordinario de la Comunión. El diácono tiene la responsabilidad especial de distribuir el cáliz.
Finalmente, despide a la comunidad al final de la liturgia eucarística. Otros roles litúrgicos
para los que el diácono está autorizado incluyen bautizos solemnes, ser testigo en los
matrimonios, llevar el
viaticum
a los agonizantes, y presidir funerales y entierros. El diácono
puede presidir los servicios litúrgicos de la palabra y de la comunión en ausencia de un
sacerdote. Puede oficiar en celebraciones de la liturgia de las horas, y en la exposición y
bendición del Santísimo Sacramento. Puede conducir ritos públicos de bendiciones, ofrecer
servicios de oración por los enfermos y los moribundos, y administrar los sacramentales de la
Iglesia, como se ordena en el
Libro de
Bendiciones.
36
En las iglesias católicas del rito
oriental, los ministerios litúrgicos de los diáconos son prescritos por la autoridad legislativa
de cada iglesia en particular.
VII. El ministerio de caridad y justicia en la Iglesia: El diácono como testigo y guía
36. El ministerio del diácono, como el papa Juan Pablo II ha dicho,
“es el servicio de la Iglesia sacramentalizado”
37
. Por tanto, el servicio
del diácono en los ministerios de la palabra y la liturgia en la Iglesia sería severamente
deficiente si no fuera acompañado del testimonio de su ejemplo y su ayuda en los ministerios
de la caridad y la justicia de la Iglesia. El papa Juan Pablo II afirma ambos: “Esto es central
al Diaconado al que ustedes han sido llamados: ser siervos de los misterios de Cristo y, al
mismo tiempo, servidores de sus hermanos y hermanas. Que estos dos están unidos
inseparablemente en una realidad muestra la importante naturaleza del ministerio que es suyo
por su ordenación.”
38
Servicio: sello de
fidelidad
37. El servicio del diácono en el ministerio de la caridad y de la
justicia de la Iglesia es integral a su servicio en el ministerio de la
palabra y la liturgia de la Iglesia. “Los tres ámbitos del ministerio diaconal… constituyen una
unidad al servicio del plan divino de la Redención: el ministerio de la Palabra lleva al
ministerio del altar, el cual, a su vez, anima a traducir la liturgia en vida, que desemboca en la
caridad.”
39
“Como [participante] en el único ministerio eclesiástico, [el diácono] es en la
Servicio: Sello de
fidelidad
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