. . . Con la medida con que midáis, se os medirá” (Lc 6:36-
38). Lo que expresan estos textos es la absoluta prioridad
de la “salida de sí hacia el hermano” como uno de los dos
mandamientos principales que fundan toda norma moral y
como el signo más claro para discernir acerca del camino
de crecimiento espiritual en respuesta a la donación
absolutamente gratuita de Dios. (no. 179)
El mandato del amor es “‘Id por todo el mundo, anunciad la Buena Noticia a
toda la creación’ (Mc 16:15)” (
Evangelii Gaudium
, no. 181). Aquí, continúa
el papa Francisco, “la creación quiere decir también todos los aspectos de
la vida humana, de manera que ‘la misión del anuncio de la Buena Nueva
de Jesucristo tiene una destinación universal. Su mandato de caridad abraza
todas las dimensiones de la existencia, todas las personas, todos los ambientes
de la convivencia y todos los pueblos. Nada de lo humano le puede resultar
extraño’” (
Evangelii Gaudium
, no. 181). Este “mandato” incluye nuestra
participación en la vida política.
2. Las realidades políticas de nuestra nación nos presentan oportunidades y
retos. Somos una nación fundada sobre “la vida, la libertad y la búsqueda de
la felicidad”, aunque el derecho a la vida misma no está totalmente protegido,
especialmente en lo que se refiere a los niños no nacidos, los enfermos
terminales y los ancianos, quienes son los miembros más vulnerables de la
familia estadounidense. Estamos llamados a ser constructores de paz en una
nación en guerra. Somos un país comprometido a buscar “libertad y justicia
para todos”, pero muy a menudo estamos divididos según diferencias de raza,
etnia y desigualdad económica. Somos una nación de inmigrantes, que lucha
por resolver los retos que surgen de los muchos nuevos inmigrantes que hay
entre nosotros. Somos una sociedad construida sobre la fortaleza de nuestras
familias, llamada a defender el matrimonio y ofrecer apoyo moral y económico
a la vida familiar. Somos una nación poderosa en un mundo violento, que
afronta el terror e intenta construir un mundo más seguro, más justo y más
pacífico. Somos una sociedad rica donde demasiadas personas viven en la
pobreza y carecen de cuidado médico y otras necesidades vitales. Somos
parte de una comunidad global encargados de ser buenos administradores
del medio ambiente de la tierra, lo que el papa Francisco llama “nuestra
casa común”, que está siendo amenazada. Estos retos están en el corazón de
la vida pública y en el centro de la búsqueda del bien común.
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Ellos están
entrelazados y son inseparables. Como el papa Francisco ha insistido, “No
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