Capítulo 21. El Sacramento del Matrimonio
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que ya no son dos, sino una sola cosa. Así pues, lo que Dios ha
unido, que no lo separe el hombre”. (Mt 19:3-6)
San Pablo reforzó la enseñanza de Cristo sobre el matrimonio.
“Que la mujer no se separe del marido […] Y que tampoco el marido se
divorcie de su mujer” (1 Co 7:10-11). En la Carta a los Efesios leemos:
“‘Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su
mujer y serán los dos una sola cosa’. Este es un gran misterio, y yo lo
refiero a Cristo y a la Iglesia” (Ef 5:31-32). Así el amor entre el hombre
y la mujer refleja el amor entre Cristo y la Iglesia. Por la voluntad de
Cristo, el Matrimonio es uno de los siete sacramentos.
UNA ALIANZA Y UN ACTO LITÚRGICO
Por el matrimonio, la pareja da testimonio del amor conyugal de Cristo
por la Iglesia. Una de las oraciones nupciales en la celebración litúrgica
del matrimonio se refiere a esto al decir: “Señor, tú […] con un designio
maravilloso consagraste la unión conyugal para prefigurar en ella la
unión de Cristo con su Iglesia”. Mediante la celebración litúrgica del
matrimonio, el marido y la mujer establecen una alianza que también es
un sacramento:
La alianza matrimonial, por la que el varón y la mujer constituyen
entre sí un consorcio de toda la vida, ordenado por su misma
índole natural al bien de los cónyuges y a la generación y
educación de la prole, fue elevada por Cristo Nuestro Señor a
la dignidad de sacramento entre bautizados. (CIC, no. 1601,
citando CDC, can. 1055, y
Código de los Cánones de las Iglesias
Orientales
[
Codex Canonum Ecclesiarum Orientalium
; CCIO],
can. 776)
El sacramento del Matrimonio es una alianza, que es más que un
contrato. Una alianza siempre expresa una relación entre personas. La
alianza matrimonial se refiere a la relación entre el marido y la mujer,
una unión permanente de personas capaces de conocerse y amarse la
una a la otra y a Dios. La celebración del matrimonio también es un