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Segunda Parte. Los Sacramentos: La Fe Celebrada
los matrimonios mixtos no deben tampoco ser subestimadas. Se deben al
hecho de que la separación de los cristianos no se ha superado todavía.
Los esposos corren el peligro de vivir en el seno de su hogar el drama de
la desunión de los cristianos” (CIC, no. 1634).
Un matrimonio entre un católico y una persona no bautizada, lo que
es un matrimonio con
disparidad de culto
y que no es un matrimonio
sacramental, puede presentar problemas aún más grandes. Sin embargo,
las mismas diferencias en cuanto a la fe pueden enriquecer a ambos
cónyuges y, con la gracia de Dios, pueden acercarlos a Él.
PARA LA REFLEXIÓN Y EL DEBATE
1. ¿Cómo afecta el concepto moderno y secular del matrimonio y de
la familia tus propias relaciones familiares? ¿Cómo resistes a las
corrientes que pueden debilitar el matrimonio?
2. ¿Qué apoyo para tu familia recibes de parientes, amigos y de tu
parroquia? ¿De qué maneras es tu familia una “iglesia doméstica”?
¿Cómo y cuándo rezas con tu cónyuge? ¿Cuál es tu práctica habitual
en cuanto a tu participación en la Misa dominical?
3. ¿Qué tipo de ayuda puedes tú o tu parroquia ofrecer a otras parejas,
especialmente a aquellas en matrimonios con problemas en tu barrio
y parroquia? ¿Qué crees que hará que la sociedad cambie para que
esta sea una que haga todo lo posible para mantener el ideal de un
matrimonio monógamo y permanente?
ENSEÑANZAS
• Dios es el autor del matrimonio.
• “La alianza matrimonial, por la que el varón y la mujer constituyen
entre sí un consorcio de toda la vida, ordenado por su misma índole
natural al bien de los cónyuges y a la generación y educación de
la prole, fue elevada por Cristo Nuestro Señor a la dignidad de
sacramento entre bautizados” (CIC, no. 1601; véase CDC, can.
1055; CCIO, can. 776).