animar a los fieles laicos a participar en la comunión y misión de la Iglesia por su condición
de bautizados y su vocación específica.
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53. Los sacerdotes deben ser informados de la identidad
sacramental del diácono. También deben tener conocimiento de la
naturaleza de la espiritualidad diaconal y de las funciones específicas
que los diáconos desempeñarán dentro de la iglesia diocesana.
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Los sacerdotes necesitan
colaborar con el obispo diocesano en la inclusión de los diáconos en la vida y el ministerio de
la iglesia diocesana. Los párrocos especialmente toman parte en los procesos de presentación,
selección y evaluación de los aspirantes y candidatos. Los sacerdotes deben servir como
directores espirituales y supervisores pastorales, y pueden servir como miembros del cuerpo
docente. Deben catequizar al pueblo sobre la vocación ordenada del diácono y buscar
activamente, con ayuda de la comunidad parroquial, candidatos competentes para este
ministerio.
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Formación teológica
y colaboración de los
sacerdotes
Relación entre los diáconos y aquellos en formación
54. Los diáconos, en virtud del orden recibido, están unidos entre
sí por la hermandad sacramental. Todos ellos actúan para la misma
causa: dar testimonio de Cristo, el Diácono siervo. “Siéntase cada diácono ligado a sus
hermanos con el vínculo de la caridad, de la oración, de la obediencia al propio obispo, del
celo ministerial y de la colaboración.”
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Por lo tanto, “es bueno que los diáconos, con el
consentimiento del obispo . . .se reúnan periódicamente para verificar el ejercicio del propio
ministerio, intercambiar experiencias, proseguir la formación, estimularse recíprocamente en
la fidelidad.”
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Canónicamente, los diáconos pueden “asociarse entre ellos, con el fin de
favorecer su vida espiritual, ejercitar obras de caridad y de piedad y conseguir otros fines, en
plena conformidad con su consagración sacramental y su misión.”
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Sin embargo, se debe
notar que las asociaciones que se forman como grupos de presión que pueden promover
conflicto con el obispo son completamente incompatibles con el estado clerical.
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Sería de
desear, por tanto, que el obispo diocesano instituyera una organización compuesta de un
número apropiado de diáconos para coordinar el ministerio y la vida diaconal en la
diócesis.
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El obispo diocesano serviría como su presidente y aprobaría sus estatutos.
39
Hermandad
sacramental
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