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sido puesta explícitamente en cuestión en los más altos niveles de gobierno,

precisamente por sus enseñanzas sobre el matrimonio. Los católicos tienen el

deber particular de asegurarse de que protecciones como estas no se debiliten

sino que se hagan más fuertes. Esto no es sólo para asegurar la justa libertad de

la Iglesia y de los fieles en nuestro país, sino también para ofrecer esperanza y

un testimonio alentador a los que sufren persecución religiosa directa e incluso

violenta en los países donde la protección es mucho más débil.

La opción preferencial por los pobres y la justicia económica

73. Las decisiones e instituciones económicas deberían ser evaluadas según

hayan protegido o devaluado la dignidad de cada persona humana. Las

políticas sociales y económicas deberían promover la creación de

puestos de

trabajo para todos aquellos que puedan trabajar

, con condiciones laborales

decentes y

salarios justos

. Las barreras que no permiten salarios y puestos

de trabajo en igualdad de condiciones para las mujeres y para quienes sufren

discriminación injusta deben ser erradicadas

. La doctrina social católica

apoya el

derecho de los trabajadores a elegir si quieren o no organizarse

,

pertenecer a un sindicato, negociar colectivamente y hacer uso de estos

derechos sin ser objeto de represalias. También afirma

la libertad económica,

la iniciativa y el derecho a la propiedad privada

. Los trabajadores, dueños,

empleadores y sindicatos tienen la correspondiente responsabilidad de

trabajar juntos para crear puestos de trabajo decentes, construir una economía

más justa y promover el bien común. También observamos con creciente

preocupación el aumento de “excesivas desigualdades económicas y sociales”,

como señala el

Catecismo de la Iglesia Católica

, y la contracción de la clase

media.

74. Apoyamos una legislación que proteja a los consumidores de las tasas

de interés excesivas y explotadoras cobradas por muchos prestamistas de día

de pago. “Si en la actividad económica y financiera la búsqueda de un justo

beneficio es aceptable, el recurso a la usura está moralmente condenado”

(

Compendio de la doctrina social de la Iglesia

, no. 341).

75. Las

políticas de bienestar social

deberían reducir la

pobreza

y la

dependencia, fortalecer la vida familiar y ayudar a las familias a salir de la

pobreza mediante puestos de trabajo, preparación laboral y ayuda con el

cuidado infantil, el cuidado médico, la vivienda y el transporte. Dado el