Capítulo 30. El Sexto Mandamiento: La Fidelidad Matrimonial
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elevado a la dignidad de sacramento, se expresa además el “gran
misterio” del amor nupcial de Cristo a su Iglesia (cf. Ef 5:32).
En este punto la Iglesia no puede ceder a las presiones de una
cierta cultura, aunque sea muy extendida y a veces “militante”.
Conviene más bien procurar que, mediante una educación
evangélica cada vez más completa, las familias cristianas ofrezcan
un ejemplo convincente de la posibilidad de un matrimonio
vivido de manera plenamente conforme al proyecto de Dios y a
las verdaderas exigencias de la persona humana; tanto la de los
cónyuges como, sobre todo, la de los más frágiles que son los
hijos. Las familias mismas deben ser cada vez más conscientes de
la atención debida a los hijos y hacerse promotores de una eficaz
presencia eclesial y social para tutelar sus derechos.
—NMI, no. 47
ORACIÓN
Señor, tú que para revelarnos el designio de tu amor,
quisiste dejarnos en el amor de los esposos
un bosquejo de la alianza que hiciste con tu pueblo,
a fin de que, completado con el sacramento,
en la unión conyugal de tus fieles
quedara patente el misterio nupcial de Cristo y de la Iglesia
—De la oración por la esposa y el esposo
del Rito del Matrimonio
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Grábame como sello en tu corazón, como sello en tu brazo.
—Ct 8:6