476 •
Tercera Parte. La Moralidad Cristiana: La Fe Vivida
Una vez más, los jóvenes han sido para Roma y para la Iglesia
un don especial del Espíritu de Dios
. A veces, cuando se mira a los
jóvenes, con los problemas y las fragilidades que les caracterizan
en la sociedad contemporánea, hay una tendencia al pesimismo.
Es como si el Jubileo de los Jóvenes nos hubiera “sorprendido”,
trasmitiéndonos, en cambio, el mensaje de una juventud que
expresa un deseo profundo, a pesar de posibles ambigüedades,
de aquellos valores auténticos que tienen su plenitud en Cristo.
¿No es, tal vez, Cristo el secreto de la verdadera libertad y de la
alegría profunda del corazón? ¿No es Cristo el amigo supremo
y a la vez el educador de toda amistad auténtica? Si a los
jóvenes se les presenta a Cristo con su verdadero rostro, ellos lo
experimentan como una respuesta convincente y son capaces de
acoger el mensaje, incluso si es exigente y marcado por la Cruz.
Por eso, vibrando con su entusiasmo, no dudé en pedirles una
opción radical de fe y de vida, señalándoles una tarea estupenda:
la de hacerse “centinelas de la mañana” (cf. Is 21:11-12) en esta
aurora del nuevo milenio.
—NMI, no. 9
ORACIÓN
Oración para la Pureza de Cuerpo y Corazón
Inflama, oh Señor, nuestros corazones
con el fuego del Espíritu Santo,
para que te sirvamos castos de cuerpo y limpios
de corazón.
Por Jesucristo, Nuestro Señor.
Amén.
—Misal Romano
•
Dichosos los limpios de corazón,
porque verán a Dios.
—Mt 5:8