abarca un testimonio de caridad que puede asumir diferentes formas, según las
responsabilidades que el obispo asigne al diácono.
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149. Aunque todos los miembros de las órdenes sagradas tienen la
responsabilidad de predicar justicia, el diácono tiene una ventaja
particular al traer este mensaje a los laicos, porque él vive y trabaja en un mundo secular.
El diácono, por su familiaridad con las realidades y ritmos cotidianos de la familia, el
vecindario y el lugar de trabajo, puede relacionar la rica tradición de la doctrina social
católica con los problemas reales que la gente vive. Él también puede servir de vínculo
entre la Iglesia Católica y otras comunidades cristianas, otras tradiciones de fe, y
organizaciones cívicas, para ayudar a solucionar urgentes necesidades sociales, y para
fomentar la colaboración y compartir recursos materiales y personales para responder a
esas necesidades.
64
Doctrina social
católica
150. El diácono, como servidor del ministerio de la caridad y la justicia de la Iglesia,
ayuda a la comunidad creyente a comprender y practicar sus responsabilidades bautismales.
Los programas de formación, por lo tanto, pueden ayudar al participante a comprender
mejor las enseñanzas y la tradición de la justicia social de la Iglesia. Ellos pueden también
impartir los conocimientos necesarios para promover esa enseñanza en el mercado, la
parroquia y la diócesis. Los programas de formación deben brindar al participante
oportunidades de reflexionar más y más profundamente sobre su experiencia y su creciente
compromiso con la doctrina social de la Iglesia.
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Un espíritu de ecumenismo y de diálogo interreligioso
151. El Concilio Vaticano II enseña que la restauración de una
comunión visible y completa entre todos los cristianos es la voluntad
de Cristo y esencial a la vida de la Iglesia Católica.
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El espíritu ecuménico debe integrarse
en todos los aspectos de la formación. Quienes están o van a estar comprometidos en el
ministerio pastoral deben adquirir “una disposición auténticamente ecuménica”
67
en su vida
y ministerio. El propósito de la formación sobre el ecumenismo es educar el corazón y la
mente en las disposiciones humanas y religiosas necesarias, que favorezcan la búsqueda de
Ecumenismo y
diálogo
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