Table of Contents Table of Contents
Previous Page  35 / 67 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 35 / 67 Next Page
Page Background

24

los empleadores y compañeros de trabajo y llevar a cabo su trabajo de tal

manera que contribuya al bien común. Los trabajadores, los empleadores y

los sindicatos deberían no sólo promover sus propios intereses, sino también

trabajar juntos para promover la justicia económica y el bienestar de todos. El

papa Francisco ha resumido bien la doctrina de la Iglesia sobre el trabajo en

Laudato Si’

. “El trabajo”, escribe,

debería ser el ámbito de este múltiple desarrollo personal,

donde se ponen en juego muchas dimensiones de la vida:

la creatividad, la proyección del futuro, el desarrollo de

capacidades, el ejercicio de los valores, la comunicación con

los demás, una actitud de adoración. . . . El trabajo es una

necesidad, parte del sentido de la vida en esta tierra, camino

de maduración, de desarrollo humano y de realización

personal. En este sentido, ayudar a los pobres con dinero debe

ser siempre una solución provisoria para resolver urgencias. El

gran objetivo debería ser siempre permitirles una vida digna a

través del trabajo. (

Laudato Si’

, no. 127-128)

51. Tenemos el deber de

cuidar de la creación de Dios

, o como el papa

Francisco se refiere a ella en

Laudato Si’

, “nuestra casa común”. Demostramos

respeto por el Creador al cuidar responsablemente de la creación de Dios,

porque “cada criatura es objeto de la ternura del Padre, que le da un lugar en el

mundo” (

Laudato Si’

, no. 77). El

cuidado de la creación

es un deber de nuestra

fe y un signo de nuestra preocupación por todas las personas, especialmente

los pobres, que “tanto la experiencia común de la vida ordinaria como la

investigación científica demuestran que” sufren “los más graves efectos de

todas las agresiones ambientales” (no. 48). El papa Francisco subraya que

la degradación del medio ambiente a menudo puede obligar a los pobres “a

migrar con gran incertidumbre por el futuro de sus vidas y de sus hijos” (no.

25). Las amenazas al medio ambiente son muchas. El papa Francisco, en

coherencia tanto con San Juan Pablo II como con el papa Benedicto XVI

(Mensajes para la Jornada Mundial de la Paz en 1990 y 2010), ha destacado

recientemente la contaminación, el cambio climático, la falta de acceso al

agua potable y la pérdida de biodiversidad como retos particulares. El Santo

Padre habla de una “deuda ecológica” (no. 51) contraída por los países más

ricos a las naciones en desarrollo, y lamenta la debilidad de muchas de las

respuestas a los retos ecológicos arraigadas en “un cierto adormecimiento