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55. Estos cuatro principios y temas relacionados de la doctrina social católica
ofrecen un marco moral que no encaja fácilmente ni en las ideologías de la
“derecha” o la “izquierda”, “liberales” o “conservadores”, ni en los programas
de ningún partido político. No pertenecen a ningún partido político en
particular ni son sectarias, sino que reflejan principios éticos fundamentales
que son comunes a todas las personas.
56. Como líderes de la Iglesia de los Estados Unidos, nosotros, los obispos,
tenemos el deber de aplicar estos principios morales a las decisiones
políticas públicas clave que afronta nuestra nación, perfilando directrices
a seguir sobre temas que tienen dimensiones morales y éticas importantes.
Se puede encontrar información más detallada respecto a las directrices de
las políticas ofrecidas por la Conferencia de obispos en la segunda parte de
este documento. Esperamos que los católicos y otras personas consideren
seriamente la aplicación de estas directrices a las políticas cuando tomen sus
propias decisiones en el ámbito público.
Conclusión
57. Construir un mundo donde se respete la vida y dignidad humanas, donde
prevalezcan la justicia y la paz, requiere algo más que un compromiso político.
Los individuos, las familias, las empresas, las organizaciones comunitarias y los
gobiernos tienen todos una función que realizar. La participación en la vida
política a la luz de principios morales fundamentales es un deber esencial de
cada católico y de todas las personas de buena voluntad.
58. La Iglesia está involucrada en el proceso político pero no es partidaria de
ningún partido. La Iglesia no puede abogar por un candidato o partido político
sobre los demás. Nuestra causa es la defensa de la vida y dignidad humanas, y
la protección de los débiles y vulnerables.
59. La Iglesia participa en el proceso político pero no debería ser utilizada
por él. Damos la bienvenida al diálogo con líderes políticos y candidatos;
buscamos encontrar y persuadir a quienes ejercen cargos públicos. Los eventos
político-sociales y las oportunidades de fotografiarse no pueden sustituir a un
diálogo serio.