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porque representa un riesgo para la humanidad en el futuro y amenaza la
vida de seres humanos pobres y vulnerables aquí y ahora. El racismo y otras
discriminaciones injustas, el uso de la pena de muerte, recurrir a una guerra
injusta, el uso de la tortura,
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los crímenes de guerra, la falta de acción para
responder a los que sufren a causa del hambre o falta de cuidado sanitario, la
pornografía, la redefinición del matrimonio civil, la puesta en peligro de la
libertad religiosa o una política inmigratoria injusta son todas ellas cuestiones
morales serias que retan a nuestra conciencia y requieren que actuemos.
Estas no pueden ser preocupaciones opcionales que pueden ser rechazadas.
Los católicos son exhortados a considerar seriamente lo que la doctrina de
la Iglesia enseña respecto a estas cuestiones. Aunque las opciones de cómo
responder mejor a estas y otras amenazas serias a la vida y dignidad humanas
son materia para debates y decisiones fundadas en principios, esto no quiere
decir que sean preocupaciones opcionales o que permitan a los católicos
rechazar o ignorar la doctrina católica sobre estas importantes cuestiones.
Obviamente, no todo católico puede participar activamente en cada uno
de estos asuntos, pero debemos apoyarnos mutuamente a la vez que nuestra
comunidad de fe defiende la vida y dignidad humanas dondequiera que sean
amenazadas. No somos facciones, sino una familia de fe que lleva a cabo la
misión de Jesucristo.
30. La Congregación para la Doctrina de la Fe del Vaticano planteó algo
parecido:
Hay que añadir que la conciencia cristiana bien formada
no permite a nadie favorecer con el propio voto la
realización de un programa político o la aprobación de
una ley particular que contengan propuestas alternativas
o contrarias a los contenidos fundamentales de la fe y la
moral. Ya que las verdades de fe constituyen una unidad
inseparable, no es lógico el aislamiento de uno solo de sus
contenidos en detrimento de la totalidad de la doctrina
católica. El compromiso político a favor de un aspecto aislado
de la doctrina social de la Iglesia no basta para satisfacer
la responsabilidad de la búsqueda del bien común en su
totalidad. (
Nota doctrinal sobre algunas cuestiones relativas al
compromiso y la conducta de los católicos en la vida política
, no. 4)